El café (Kahve)
Hace 450 años, en la época de Solimán el Magnífico, Özdemir Pasha, el gobernador de Yemen, introdujo el café en el palacio otomano. En aquel entonces, dos mercaderes árabes, Hakem de Alepo y Şems de Damasco, inauguraron el primer café en Estambul. Los habitantes de Estambul se volvieron adictos a esta nueva bebida en poco tiempo.
El famoso viajero Evliya Çelebi (1611-1682) escribió que en el barrio de Tahtakale había 55 cafés con 200 trabajadores. Aunque hubo momentos en los que se prohibió, a lo largo de los siglos, la tradición se integró en la vida social de los turcos, creando el estilo del café turco.
La nueva moda no tardó en extenderse por el resto de Europa, y en Venecia, en 1615, también se abrió un café. En 1669, el embajador turco Solimán Aga presentó esta bebida oriental a la jet set de París, y las invitaciones del embajador se convirtieron en un privilegio.
El nombre se deriva del árabe “qahwah” y a través del turco “kahve” pasa al español.
En 1683, cuando el Ejército otomano se retiró de Viena después de un largo y fallido asedio, dejaron atrás muchos sacos de café. Los austriacos, pensando que era alimento para camellos, lo llevaron al río Danubio para desecharlo. Sin embargo, un polaco reconoció el producto y abrió un café en Viena. Así, la fama del café turco se extendió por toda Europa.
El origen del café es Etiopía. Pertenece a la familia de las Rubiáceas. A pesar de que el café turco es famoso en todo el mundo, no se cultiva en Turquía. En su lugar, se practica el tostado, la molienda y la preparación del café.
El café turco clásico se tuesta de manera ligera. También se encuentra la variedad “doble tostado” conocida como “çifte kavrulmuş”.
Es fundamental que el café turco esté molido muy fino, aún más fino que el expreso, casi como polvo impalpable. Para lograr esto, sería conveniente, después de moler, triturar los granos en un mortero.
¿Cómo se pide?
Al pedir café turco, es importante mencionar primero la cantidad de azúcar deseada, ya que el azúcar se agrega durante la preparación del café. Además, el café turco no se sirve con leche. En algunos restaurantes turísticos, los camareros pueden tener dificultades para explicar esto o pueden hacerlo incorrectamente para evitar “problemas”, y podrían agregar azúcar o leche. Sin embargo, esta no es la forma correcta de servirlo.
Además, una vez que sirven el café turco, es recomendable dejarlo reposar por un tiempo para que los posos se depositen en el fondo.
Aquí están las medidas del azúcar en turco para que puedas pedir tu café de acuerdo a tus preferencias:
- Sade: Sin azúcar.
- Orta: Mediano, si no lo especificas, generalmente se sirve “orta”.
- Şekerli: Dulce, con una cantidad considerable de azúcar.
En muchas cafeterías, junto con el café, es común que te sirvan un vaso de agua sin necesidad de pedirlo. Esto se hace para limpiar el paladar de los posos y disfrutar mejor del sabor del café.
¿Cómo se prepara el café a la turca ?
Primero, necesitas un cezve, que es una cafetera turca, como se muestra en la imagen a la derecha. Siempre es preferible que sea de cobre.
Necesitarás azúcar (si lo deseas o según tu gusto) y agua fría (en zonas turísticas, es recomendable indicar al camarero que utilice agua fría).
Instrucciones para dos personas: Agrega dos cucharaditas de café (5 gramos), azúcar (dos cucharaditas para un café de tamaño mediano), y dos tazas de agua fría a la cafetera. Revuelve bien y coloca la cafetera a fuego lento. Mientras se cocina, revuelve nuevamente y, una vez que se forme espuma, retira la cafetera del fuego y reparte la espuma en dos tazas. Vuelve a colocar la cafetera en el fuego; cuando comience a hervir, retírala y llena las tazas.
Después de haber sido preparado, nunca agregues más azúcar y no lo tomes con leche. Espera a que los posos se depositen en el fondo y evita beberlos; esto se hace para leer el futuro.
Después de beber una taza de café, recuerda que esto es un gesto de cortesía que tiene un mérito de 40 años para la persona que te lo ha ofrecido 🙂